lunes, mayo 15, 2006

Biodiesel en Colombia

Ingemas y un empresario asturiano desarrollan en Colombia el mayor proyecto de biodiésel del mundo
La iniciativa supondrá una inversión de 180 millones y generará 8.000 puestos de trabajo en el país andino El grupo empresarial estudia construir en Asturias la planta de transformación para distribuir el carburante en Europa
Manuel del Lago, un empresario de origen asturiano y afincado en Colombia y la ingeniería gijonesa Ingemas participan en un macroproyecto integral de biodiésel -cultivo, extracción, transformación en carburante y distribución- que supondrá una inversión de 180 millones de euros y que generará en el país andino entre 6.000 y 8.000 empleos, prácticamente la plantilla actual de las dos factorías asturianas de Arcelor. La última fase del proyecto, la planta de biodiesel, se encuentra aún en estudio, pero Asturias se baraja como uno de los emplazamientos idóneos. La iniciativa en la que Ingemas participa junto con Agroforestal de Colombia y una sociedad de la que ambas forman parte, Energías Renovables del Principado (Erpasa), comienza con el cultivo de plantas oleaginosas autóctonas del país andino y concluye con la distribución. La plantación verá la luz después de tres años de investigación y el inicio de la producción a escala industrial está previsto para 2008. Los terrenos para el cultivo están ubicados en la localidad de Puerto Carreño, en el departamento de Vichada -en la frontera con Venezuela- y abarcará un total de 89.000 hectáreas, prácticamente la mitad de la extensión del Principado. El 'holding' empresarial prevé producir 300.000 toneladas de combustible al año y 300.000 toneladas de torta para el consumo animal. Una cantidad de biodiesel con la que se podrá abastecer, por ejemplo, al 10% del parque automovilístico de toda España. La continua escalada del precio del petróleo ha disparado todas las alarmas en el mundo y el biodiesel se perfila como una de las alternativas con más futuro. Además, el combustible 'verde' ganará más peso en unos años con la aplicación de una normativa europea para promover el uso de biocarburantes en el transporte. La directiva de la Comisión Europea -no obligatoria- establece que el 31 de diciembre de 2005 todos los países de la Unión Europea deberían haber sustituido el 2% de consumo de combustible fósil por biocarburantes. Un porcentaje que debería aumentar en un 0,75% anual hasta alcanzar el 5,75% en 2020. España no hizo los deberes y llegó tan sólo al 0,11% en diciembre de 2005, lo que supone un uso veinte veces inferior al recomendado. Las previsiones que se manejan a raíz de esta normativa es que España demandará dos millones de toneladas de biocarburante en 2010. El proyecto de Ingemas y Agroforestal de Colombia es el único en el mundo que controla todos los eslabones de la cadena industrial del biodiesel. Es, demás, pionero, en cuanto a la procedencia del aceite. Frente a los reciclados y de uso alimentario que están explotando otras empresas en Europa, el uso de aceite de plantas oleaginosas ofrece garantías de futuro. En cambio, la producción masiva de biodiesel a partir de aceites de palma, soja o girasol amenaza con encarecer el producto, además de «futuros problemas de suministro», según explica el director comercial de Ingemas, Valentín Cuetos. Una clara alternativa El empresario astur-colombiano Manuel Del Lago, natural de Coraín (Cangas de Onís) es el 'ideólogo' de este macroproyecto en el que Ingemas participa con un 10%. Del Lago, dueño de un emporio empresarial -naviero, forestal, ganadero y de gestión portuaria- en Brasil y Colombia, ya ha contactado con los diferentes departamentos ministeriales del Gobierno colombiano que se implicará en un proyecto que, a su juicio, puede «modificar la economía de toda Sudamérica» en cuanto a que supone una clara alternativa a los cultivos ilegales. La plantación de las especies oleaginosas estará en plena sabana del Zafiro en Puerto Carreño, una localidad de 18.000 habitantes, situada al suroeste de Colombia y bañada por el río Orinoco. Con el empleo que generará el cultivo y la planta de extracción del aceite, la población de la zona puede llegar a duplicarse. El proyecto implica además la construcción de una ' nueva ciudad' con las infraestructuras y los servicios necesarios para el alojamiento de los trabajadores (viviendas, hospitales, colegios, etcétera). El cultivo de plantas oleaginosas en Colombia está abierto también a su extensión por otros países latinoamericanos, como Venezuela, con las mismas óptimas condiciones para su plantación, por lo que las posibilidades de crecimiento del proyecto son innumerables. Este año finalizará la parte de investigación agrícola y en 2008 se recogerá la primera cosecha. Se trata de arbustos autóctonos propios de tierras fértiles y húmedas, cuyo cultivo goza de subvenciones por parte del Gobierno colombiano. De estas plantas, con frutos del tamaño de una nuez, se extraerá el aceite en una planta donde se realizará el proceso de descascarado y trituración. Además del aceite, de ese proceso también saldrán otros dos productos para su comercialización: una torta proteínica de consumo animal muy valorada en el sector y glicerina, demandada por la industria farmacéutica y energética. La zona donde se prevé instalar el complejo industrial es un enclave estratégico, gracias a su salida navegable al río Orinoco, a través de los afluentes Meta y Bita, donde se construirán nuevos puertos y minipuertos así como doce gabarras o plataformas remolcables. El transporte del aceite y de la torta se realizará hasta Europa mediante barcos de 18.000 toneladas. Tres ubicaciones Una vez en Europa, el aceite debe pasar por un proceso físico para su transformación en biodiesel. Ingemas y Agroforestal de Colombia barajan Asturias entre los emplazamientos más idóneos para instalar la factoría. Aunque también han recibido ofertas de Bilbao y Santander, los empresarios estudian tres posibles localizaciones en el Principado con una extensión de entre 20.000 y 25.000 metros cuadrados de superficie: en el municipio de Morcín, que les permitiría tener acceso a ayudas procedentes de los fondos mineros, en terrenos de Avilés que no pertenecen a la Autoridad Portuaria, y en Gijón. La planta, que supondrá una inversión de 30 millones de euros, producirá 150.000 toneladas de combustible al año y creará 50 empleos directos. En cualquier caso, independientemente de cuál sea la ubicación final de la planta de transformación, el grupo empresarial prevé desembarcar en El Musel 600.000 toneladas de graneles al año. El proyecto está estudiado al detalle. También en la distribución del biodiesel los empresarios ven tres posibilidades: depósito fiscal, un pacto con una petrolera y la búsqueda de flotas cautivas de autobuses o ferrocarriles.