Biodiesel, ¿el combustible del futuro?
Como consecuencia del calentamiento global, es necesario y urgente utilizar energías alternativas, es decir limpias y renovables. El biodiesel es un combustible ecológico y biodegradable. Se obtiene a partir de materias primas renovables como las grasas vegetales y en algunos casos animales, siendo similar al gasoil de automoción de origen fósil. Es una opción válida, desde el momento en que se está adoptando en muchos países de Europa y también en Estados Unidos como alternativa ecológica. La Cámara de Diputados de la Nación aprobó el proyecto que propicia la producción de biodiesel y alcohol a partir de vegetales, para mezclarlos con gasoil y nafta, para reducir la contaminación y sustituir recursos no renovables, establece un régimen promocional por 15 años contados desde la aprobación de la ley, que incluye al biodiesel, bioetanol y biogas. El incentivo más importante que establece el proyecto de ley es la adopción del corte obligatorio de la nafta y el gasoil con un 5% de biocombustibles como mínimo, a partir del cuarto año. En Argentina, el biodiesel será usado primero en áreas rurales, permitiendo a los productores reducir al mínimo el impacto de las variaciones en los precios internacionales del petróleo y así mejorar la situación financiera de este sector de la economía. La producción de biodiesel también puede ayudar a crear empleo, reforzar el desarrollo agrícola de un modo sustentable y simultáneamente reducir las importaciones de gasoil, ayudando a reducir la baja de las reservas petroleras y gasíferas de Argentina. El biodiesel, por lo tanto, debería ser considerado como una alternativa viable para ser desarrollada en Argentina como una prioridad nacional. Básicamente, lo que se busca con la utilización de dicho combustible es que, a través de sus ventajas ecológicas, no se produzca contaminación atmosférica; ya que no afecta el ambiente, al tener bajo porcentaje de emisiones contaminantes. Evita por lo tanto la acentuación del efecto invernadero, lo que permite que se cumpla el protocolo de Kyoto pues, su utilización no vierte CO2 (dióxido de carbono) a la atmósfera. Por otro lado, su producción es también limpia y no genera residuos, ya que revaloriza los residuos contaminantes, y los convierte en energía limpia y renovable. Como decía anteriormente, se está empezando a utilizar en EE.UU. (principal país emisor de gases contaminantes), y en otros países donde se fabrican autos modernos que poseen el sistema FLEX, es decir, tienen tanques adaptados para recibir un combustible tradicional y también el novedoso biodiesel. Empresas como Ford, Renault, Volskwagen y otras, ya han sacado modelos FLEX pues, además de las ventajas ecológicas, la utilización de biodiesel ofrece ventajas mecánicas al auto, ya que, entre otras, alarga la vida del motor. La fabricación de biodiesel, empieza con la mezcla de metanol dentro de un primer reactor de preesterificación de los aceites que llegan a la planta de producción; luego, continúa con un proceso de transesterificación, donde se forma biodiesel y glicerina; y sigue un proceso de decantación, con posterior destilación y purificación. Luego se somete a un estricto control para garantizar que se cumpla la normativa E N14214 del Centro de Normalización Europeo. Es preciso recordar que a contaminación atmosférica afecta a millones de personas en el mundo, produce la alteración de ecosistemas y se ha convertido en una amenaza para la calidad de vida en la Tierra.
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