Biodiesel: Peor que los combustibles fósiles
Biodiesel: Peor que los combustibles fósiles Fecha Publicación: 07/28/2006 12:00:00 a.m. Resumen: En un año consumimos la biomasa producida en cuatro siglos. Por George Monbiot * En los últimos dos años he hecho un incómodo descubrimiento. Como muchos expertos en medio ambiente, he estado tan ciego ante las restricciones que afectan a nuestro suministro de energía como mis adversarios lo han estado ante el cambio climático. Ahora me doy cuenta de que he abrigado una cierta creencia mágica. En 2003, el biólogo Jeffrey Dukes calculaba que los combustibles fósiles que quemamos en un año son materia orgánica, que es más de 400 veces la productividad primaria neta de la biota actual del planeta”. Hablando claramente, esto significa que cada año usamos una cantidad por valor de cuatro siglos de plantas y animales. La idea de que sencillamente podemos reemplazar este legado fósil (y la extraordinaria densidad de energía que nos da) por energía ecológica es ciencia ficción. Simplemente no hay sustituto, aún cuando se buscan por todas partes. Aceites refritos Anteriormente, estaba equivocado porque subestimé el impacto destructivo de dicho combustible. Antes de ir más allá, me gustaría dejar claro que utilizar aceite de patatas fritas para hacer carburante me parece algo bueno. La gente que va todo el día con tinajas de porquería hace un servicio a la sociedad. Pero sólo hay suficiente aceite de cocina residual en el Reino Unido como para llegar a una trescientas ochentava parte de nuestra demanda de carburante para el transporte. A partir de ahí comienza el problema. Cuando escribí sobre ello el año pasado, pensé que el mayor problema que causaba el biodiesel era que establecía una competencia en el uso de la tierra. La tierra cultivable que de otra forma se habría usado para cultivar comida se utilizaría para cultivar combustible. Pero ahora me encuentro con que algo aún peor está pasando. La industria del biodiesel ha inventado accidentalmente el combustible más agresivo, el más grave del mundo. Arrasar la biosfera Al promover el biodiesel debes saber que estás creando un mercado para el aceite de patatas fritas usado, o de aceite de colza, o de aceite de algas que crecen en estanques del desierto. En realidad estás creando un mercado para los cultivos más destructivos de la Tierra. La semana pasada, el presidente de la Autoridad Federal para la Explotación de la Tierra de Malasia anunció que iba a construir una nueva fábrica de biodiesel. Era la novena decisión de esa índole en cuatro meses. Se están construyendo cuatro nuevas refinerías en la península de Malasia, una en Sarawak y dos en Rotterdam. Dos consorcios extranjeros (uno alemán, el otro estadounidense) están erigiendo fábricas rivales en Singapur. Todas harán biodiesel a partir de la misma fuente: palma de aceite (africana). “La demanda de biodiesel”, informa el Malaysian Star, “vendrá de la Comunidad Europea... Esta reciente demanda... acaparará, como mínimo, la mayoría de los inventarios malasios de aceite crudo de palma”. ¿Por qué? Porque es más barato que el biodiesel hecho a partir de cualquier otro cultivo. En el reino de los carros sobra la vida En septiembre, Amigos de la Tierra publicó un informe sobre el impacto de la producción de aceite de palma. “Entre 1985 y 2000”, afirmo que “la explotación de plantaciones de aceite palma fue responsable de un 87 por ciento de la deforestación de Malasia” En Sumatra y Borneo, unas cuatro millones de hectáreas de bosque se han convertido en tierra de cultivo de palmas. Ahora se programa despejar unas seis millones más de hectáreas en Malasia, y 16,5 en Indonesia. Casi todo el bosque que queda está en peligro. Los plantadores de aceite están desgarrando incluso el famoso parque nacional Tanjung Puting de Kalimantan. El orangután va probablemente a extinguirse en libertad. Los rinocerontes, tigres, gibones, tapires, los monos probóscides y miles de otras especies podrían ir por el mismo camino. Se ha desalojado de sus tierras a miles de indígenas, y torturaron a unos 500 indonesios que intentaron resistirse. Los incendios forestales que tan a menudo cubren la región de humo, son provocados en su mayoría por los cultivadores de palmas. Toda la región se está convirtiendo en un campo gigante de aceite vegetal. Un campo gigante de aceite Cuando se acaba con las tierras más secas, las plantaciones se trasladan a bosques cenagosos, que crecen en turbas. Una vez cortados los árboles, los plantadores desecan el suelo. Cuando la turba se seca se oxida, y libera aún más dióxido de carbono que los árboles. En términos del impacto que causan en el medio ambiente local y mundial, el biodiesel de palmera es más destructivo que el petróleo crudo de Nigeria. Increíble… El biodisel es el sepulturero El gobierno británico entiende todo esto. En el informe que publicó el mes pasado, cuando anunció que cumplirá con la Unión Europea y se asegurará que el 5,75 por ciento de nuestro combustible para el transporte vendrá de las plantas para 2020, admitió que “los riesgos principales para el medio ambiente son probablemente aquellos que tienen que ver con la expansión enorme del área en la producción de materia prima para biocombustibles, y particularmente en Brasil (por la caña de azúcar) y el sudeste asiático (por las plantaciones de palmas de aceite)”. Se sugiere que la mejor manera de afrontar el problema es evitar que se importen los combustibles destructivos del medioambiente. Las multinacionales están preparadas para sacrificar los bosques pluviosos del sudeste asiático… para permitir a los motoristas sentirse mejor consigo mismos. Todo esto ilustra la inutilidad de las soluciones tecnológicas que se persiguen ahora en Montreal. Es una locura intentar satisfacer una demanda de combustible siempre en alza, da igual de dónde venga el combustible. Estamos quemando la biosfera.
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